miércoles, 30 de octubre de 2013

Platillos imperdibles al viajar por México

En años recientes la gastronomía mexicana fue nombrada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad. Resultado de la fusión de sabores europeos e indígenas, la comida mexicana representa la visión de dos culturas que dieron origen a una de las cocinas mestizas más ricas del mundo.
La experiencia de viajar por México no estaría completa sin probar la extensa variedad de platillos típicos que tienen tras de sí toda una historia que contar, y por lo tanto, se vuelven referentes de la identidad nacional. Es por esta razón que a continuación te mostramos los diez platillos que no puedes dejar de probar cuando nos visites.

Mole (típico de Puebla y Oaxaca)

El mole es una de las salsas más sofisticadas de la cocina mexicana. Su elaboración implica la utilización de diferentes chiles, chocolate y algunas semillas como las nueces, pistaches y ajonjolí, además de especies como la canela y el clavo. Existen diferentes versiones de este platillo aunque las más famosas son el mole negro de Oaxaca y el mole poblano, considerado el más representativo de la cocina mexicana.


Cochinita Pibil (típico de Península de Yucatán)



Ir a Yucatán y no probar la cochinita pibil es imperdonable. Este manjar consiste en un guiso de carne de cerdo cocinada con un condimento prehispánico conocido como achiote, jugo de naranja y especias. Todos los ingredientes se envuelven en hojas de plátano y se hornea. Se acompaña de cebolla morada fileteada, salsa de chile habanero y una refrescante bebida de horchata.




Barbacoa (típico de Hidalgo)


 La famosa barbacoa hidalguense es uno de los platillos típicos del centro del país. Para prepararla se utiliza un método de cocción prehispánico consistente en cavar un hoyo que se sutiliza a manera de horno. Al interior se coloca la carne de borrego y se cubre con pencas de maguey sobre las que arderán las brazas toda una noche. Al siguiente día se saca la barbacoa del horno y se come con tortillas recién hechas y salsa borracha.
  




































Tamales (todo el país)

Posiblemente los tamales son uno de los platillos con más variantes en la cocina mexicana. Su origen se remonta a la época prehispánica. Se elaboran prácticamente en todo el país y según la región, se utilizan ingredientes específicos aunque el mismo método de cocción al vapor. Hay tamales envueltos en hoja de maíz o de plátano. Sus rellenos son incontables pero los más populares son los de salsa verde con carne de cerdo, de mole con pollo y los dulces con uva pasa.







Pozole (típico de Guerrero)

Al pasar por Guerrero pide un buen plato de pozole estilo guerrerense. El pozole, al igual que los tamales, comparte un pasado prehispánico. Era un alimento ritual que con el mestizaje se transformó en un caldo elaborado con maíz cocido, y carne de cerdo o pollo. Al servirse se le agrega lechuga, rábanos, cebolla, orégano seco, limón y si se desea un poco de chile piquín. Es un platillo típico de las fiestas que se prepara en casi todo el país. La versión guerrerense agrega chicharrón de cerdo y aguacate al momento del servicio.

Carnitas (típico de Michoacán)               

 Las carnitas michoacanas son uno de los platillos más consumidos a diario en México. Se trata de carne de cerdo frita en manteca con un toque de refresco de cola y naranja que le da una apariencia caramelizada. Se comen preparadas en tacos con salsa, cebolla y cilantro. Uno de los sitios más famosos para probar este platillo es la ciudad de Quiroga localizada a una hora de Morelia.                


0 comentarios:

Publicar un comentario